La Leyenda del Té

El té, como nosotros, nació de la naturaleza, tal vez mucho antes de que el hombre existiera. Cuando el ser humano apareció, el té ya estaba presente, era ignorado, pero esperaba el momento adecuado para presentarse ante el ser de dos piernas que deambulaba por el mundo. Existe una leyenda muy popular, la cual describe el primer icónico encuentro entre el ser humano y la planta del té; la leyenda del Emperador Shennong (2737 a.C.).

Esta leyenda cuenta que un día caluroso el Emperador estaba descansando bajo la sombra de un árbol y se durmió. Al despertar vio como algunas hojas habían caído en su cuenco lleno de agua y, gracias a la curiosidad, el Emperador probó este brebaje de sabor amargo, mientras más bebía más experimentaba una serie de sentimientos como destellos en la mente que invocaban el despertar de una conexión que llevaría a cambiar la historia de la humanidad a partir de ese momento. Este mito marca un antes y un después en la historia del té.

El Emperador, que también era conocido como el “Agricultor Divino” o “El Divino Emperador”, se dedicaba a descubrir diferentes plantas medicinales. Durante una expedición se dice que probó una planta que era venenosa y que no tenia cura, hasta que bebió un poco de té. Por esta razón el té se volvió una bebida importante en China y en todo el mundo.

Pero la historia del té no comienza ahí. Como todo ser vivo en la Tierra, dentro de su energía y sus raíces, la planta lleva miles y miles de años de historia. Historias que solo pueden ser escuchadas dentro de una taza de té. El té, aparte de haber nacido en la copa de Shennong, también ha crecido dentro de la identidad de varias culturas, ya sea como piedra angular de una idea que gobierne o como un personaje secundario. Pero, por más desapegada que la planta se encuentre, siempre formó parte de la historia positiva y negativa de la humanidad hasta nuestra era.

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¡Feliz té!

Ankori